lunes, 23 de noviembre de 2009

3. Dulce tacto... de marmol






Pasión desenfrenada... creo que pude notar en mi espalda como el marmol se agrietaba al tumbarse sobre mí. Primero una grieta pequeña, tras ella otra más grande... y al final como se agrietaba hasta la más pequeña esquina. Todos mis miedos se esfumaron tan pronto me dio el primer beso, y tan pronto me dio la primera caricia.
Que se quebrara el cielo entero si hubiera sido necesario, para mí solo existian sus aullidos y el sonido del marmol rompiendose en mil pedazos...
Aullame, aullame, aullame, aullame...