miércoles, 23 de diciembre de 2009

19.Congelada...?

Ni sabía a dónde iba. Me paré en seco frente a los huesarios, y al girar la cara pude verme reflejada en el cristal. No podía sentir mis sentidos, y era algo realmente insoportable. Me acerqué a los huesarios y puse mi mano en el cristal por propia inercia y sin darme cuenta apenas. "Sólo siento el frío...".
Todos los colores parecían desvanecerse. Cada vez todo tenía menos color y sentía que me quedaba menos, y sabía que conforme pasara el tiempo todo quedaría completamente sin color, transparente... desaparecería.

Dejé los huesarios y empezé a caminar de nuevo, sin rumbo. ¿Podría cambiar mi manera de pensar del todo, y vería todo esto de distinta manera? se me caía el mundo encima cuando veía alguna de sus huellas con otras tantas que no eran las suyas. Pensaba que alguna de ellas podria ser tambien el principio de otra epoca infernal para nosotros, que encontrara amor en algún otro angel cualquiera. Intentaba verlo de otro manera, pero aun así... dolía, muchisimo, demasiado.

Dejaría de correr en este momento si supiera que habría una oportunidad... aún así, me desgarra sacrificarlo todo, pero estoy forzada a dejarlo ir... simplemente porque yo lo elegí así.

Volvió nuevamente ese dolor en el pecho, y mis manos se fueron solas a el y apretaron. "Daron, ven en este momento, y dime que estoy congelada...". Pero y si lo estaba, ¿que podía hacer...?
no puedo contar las razones, solamente que lo hice por ti. Hay tantas razones que tu aún desconoces... cuando las mentiras se convierten en realidad, me vuelvo a scrificar por tí. Si me dices que estoy congelada, ¿que puedo hacer?
Esa pregunta sin respuesta resonó en mi cabeza como si la hubiera gritado. Sentí, incluso, como temblo ligeramente cada rincón del cielo cuando esta resonó. El dolor del pecho desapareció un poco, pero apenas... lo suficiente para que pudiera volver a caminar... pero sólo parecía. Al dar el primer paso, tuve que agarrarme la tumba que tenía delante y me recosté en ella. Me dolía, cada vez más.
"Aunque tu creas que no, puedo sentir tu pena... y por eso me sacrifico..."
Con la mano que me quedaba libre, me tapaba la cara para intentar que las lágrimas no nacieran. Tuve que apretarla muy fuerte y contraer la cara para evitarlo, y aún así casi no lo consigo. Con la otra mano, intentaba aliviar el dolor que cada vez se hacía más punzante dentro de mí. Si sabía que el ver esas huellas me destrozaba, ¿porque seguía haciendolo?
Quizás la respuesta fuera que tenía pánico. Llevaba varios días soñando que el me decía que no me amaba más, que la quería a ella y que nuevamente estaban juntos. Una me desperté entre lágrimas, la otra, por suerte, le tuve a mi vera y pudo calmarme.
Mientras sentía el frío marmol, pensaba... "Sé que nunca me perdonaras, pero se que estarás bien... me desgarra el saber que nunca sabras nada de esto, no como verdaderametne es, pero ahora tengo que irme..."

Me levanté y, pudiendo andar ya, aunque fuese a duras penas, me sequé las lágrimas que no había podido evitar que se escaparan y me eché el pelo sobre la cara, no se vería asi que había llorado ni el lo vería, que era lo más importante.

Tenía miedo y sabía que todo se escaparía, y las destrozadas piezas seguirán permaneciendo... los recuerdos se desvanecerían en el vacío, y solo el tiempo contará su historia, nos dirá si todo a sido en vano.
Eso era a lo que realmente temía, a que sucediera todo eso.
Y cada vez sentía menos mis sentidos, y sólo sentía el frío. Congelada... como me diría él.

Continué caminando; mis brazos se movía sin fuerza y mi ojos miraban hacia los lados sin control, buscando alguna huella con cuidado para que no pusiese destrozarme. No había nada que temer, parecía... solamente son huellas... ¿no?

Eché todo el cuerpo del peso sobre el panteon que tenía detrás, y alzé el cuello para gritar... pero no lo hize, pues Daron podría escucharme. No podía preocuparle más. Mi cuello quedo alzado, al parar el grito, sentí como se paraba el aire en mi gargante, saliendo de esta un gemido. Y me deslizé hacia el suelo, quedando sentada mirando arriba, hacia el cielo de mi Cielo.